Cuando hablamos de grandeza, siempre nos suelen salir dos
concepciones de los mismo, dos maneras entender el mundo que se baten en un
duelo eterno para ver cual es la mejor. Es el caso del bien y el mal, del
realismo y el idealismo, de griegos y romanos e incluso, en nuestra liga, la
más grande, del FC Barcelona y el Real Madrid.
Se trata en este particular caso, de dos grandes clubes que
rivalizan no solo en lo deportivo, sino en lo ideológico. Así vemos en uno de
los frentes, a un José Guardiola, cabeza del Barcelona, que no se dignifica a
sí mismo, sino que pone su fútbol al servicio de los hombres. Un Barcelona en
busca de la victoria, una realidad, pero llevada a la máxima perfección
posible, lo que podríamos llamar un Naturalismo Idealizado, un juego pulido al
que le importa más agradar y sorprender antes que obcecarse con una victoria
marcada. Es el de Guardiola, un fútbol ordenado, controlado, que sigue un canon
y un orden claros. Así cuando uno sube el otro baja, sin dejar espacios,
siempre manteniendo ese orden, esa línea, y sobre todo, esa tranquilidad en el
juego, el Ethos que caracteriza el juego de los blaugranas. Son puros griegos
clásicos, persiguiendo el fantasma de la belleza idealizada sin pensar en lo
demás.
Es este un estilo de juego que algunos también podrían
calificar de aburrido en ocasiones, por seguir siempre unos patrones definidos,
un orden marcado para cada situación. El orden puede cambiar, pero no los patrones
a seguir en él. De esta manera, aun con un juego pulido y equilibrado, y un
arte futbolístico en busca de la perfección, a veces se puede olvidar el
objetivo primordial: Ganar.
Este es el motivo de que muchos se pregunten “¿Por qué?”
¿Por qué dejarse llevar por sueños cuando la realidad está ahí fuera?
Simplemente hay que usar lo que sabemos para aplicarlo a la realidad, a la
practicidad. Con este planteamiento aparece el Real Madrid, con Jose Mourinho a
la cabeza. Mourinho piensa un fútbol al servicio de mostrar la grandeza del
gran club madridista, del imperio europeo que el Madrid ha ido construyendo
durante el siglo pasado. El equipo blanco persigue lo práctico por encima de lo
bello, por eso en su juego encontramos una concepción de eje axial puro
(directo a portería) y un fútbol creado para ganar sin importar el cómo. Un
Madrid que se centra en lo práctico, lo real, lo que importa a quienes les
siguen, y una manera de retratar su poder y su grandeza. Son ni más ni menos
que romanos que quieren ponerse a la altura de los griegos culés, muchas veces
consiguiéndolo, pero siempre desde su ideología y concepción del fútbol. Con
razón se le llama el Clásico…
¿Quién es mejor? Nunca existe una respuesta así en el arte,
no existe una respuesta así en la grandeza. El fútbol no es una medición de
quien es mejor, es una manifestación artística como otra cualquiera, para
disfrutar y analizar. Y como todo arte, debes conocerlo para disfrutarlo.