viernes, 8 de marzo de 2013

La literatura funcional

No entenderemos la literatura hasta que no la separemos entre forma y función. Mientras los grandes teóricos de la literatura se han dedicado a investigar la forma de cada estilo, de cada época y hasta de cada autor; pocos se han aventurado y han salido con éxito del campo de la función. Mientras las formas dependen del contexto histórico, social y cultural; las funciones permanecen, y tienen mucho que ver con las funciones lingüísticas principales.

Muchos han elaborado teorías sobre géneros, subgéneros, supergéneros, tipos, subtipos... Y al final se han liado ellos mismos. Es tan sencillo como dividir la literatura en 3 funciones: Expresiva, conativa y representativa (en términos de Jakobson) y habremos distinguido todos los géneros funcionales.
Por tanto, entenderemos que la literatura puede tener la función de expresar los sentimientos del autor, narrar hechos reales o ficticios, o bien buscar la reacción del lector ante una idea. Es decir, distinguiremos entre poética, narrativa y ensayística.

Esto no da lugar a dudas: El teatro sólo es un texto cualquiera dialogado, con ciertas características formales, pero cuya función no excluye ninguna de las otras tres y sí incluye una de ellas, la que sea precisa. Gracias a esto podemos incluir muchos más textos dentro de la literatura, tales como proclamas, artículos, e incluso narraciones históricas. Además, clasifica sin problema subgéneros formales tan esquivos como la oratoria, la prosa poética, la historiografía o la filosofía en verso.