domingo, 19 de mayo de 2013

Don Sánchez de España.

No sé si el mundo funciona como dice Marx o si funciona como dice Nietzsche. Sin embargo, a lo largo de mi corta vida me he dado cuenta de que funciona tal y como dijo Cervantes, aunque al revés. Me explicaré, la historia que debe contarse al mundo es ahora la del caballero Don Pánzez y su humilde escudero el señor Alonso Quijano.

Si entendemos que Sancho Panza y Alonso Quijano representan a su vez la realidad y la fantasía, podría verse como una broma pesada que sea la fantasía la que domina a la realidad. De hecho, el mundo que he observado me da una serie de conclusiones empíricas que no coinciden demasiado con el libro de Cervantes, que quizá mereciese un ajuste a día de hoy, y es que hoy es la realidad la que oprime a la fantasía, y es Panza el amo de Quijano.

Empiezo a preguntarme, sin embargo, si es que todos los quijotes acaban hundidos bajo el látigo de un sancho; o si resulta que las personas que nacen hundidas sufren una quijotización que se corresponde a una sanchificación de quienes los dominan. Sin embargo, tengo bastante claro que el idealista vive entre fango mientras el realista lo mira desde arriba. 

De todas formas, he de decir algo a todos esos sanchos que me miran desde arriba, y es que mientras ellos viven acomodados en su maravillosa realidad, jamás serán capaces de vivir ni soñar con ninguna otra realidad. Así, mientras su cuerpo sigue riendo, es ahora su alma la que llora.

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